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17-03-2023 15:00

La semana pasada quebró el Silicon Valley Bank, y dejó a los clientes en una situación difícil, ya que el gobierno se hizo cargo.

La llamada corrida bancaria se produjo porque se supo que el banco no podía hacer frente a sus obligaciones de depósito. Esto significa que había invertido el dinero en diversas cosas que no estaban devolviendo el dinero. Normalmente, ese es el momento en el que interviene la Corporación Federal de Seguros de Depósitos, que asegura los depósitos de hasta 250.000 dólares. Sin embargo, el 98% de los clientes del Silicon Valley Bank no tenían 250.000 dólares, sino miles de millones de dólares. El gobierno anunció que intervendría y aseguraría a los depositantes, y el presidente de EEUU, Joe Biden, afirmó que el sistema bancario estadounidense estaba a salvo.

Poco después de la caída del Silicon Valley Bank, los reguladores cerraron también el Signature Bank, con sede en Nueva York, alegando riesgo sistémico. Los expertos dijeron que estas historias seguirían repitiéndose porque muchas empresas estaban sobreapalancadas en deuda en dólares.

Tras la quiebra, los bancos europeos perdieron 100.000 millones de dólares de valor en una semana, y a pesar de las estrictas regulaciones que deberían hacer improbable una quiebra bancaria similar en Europa, el contagio se está acelerando.

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